En un restaurante, puedes comer mejor o peor, pero lo que está claro es que siempre te acordarás de los sitios donde te trataron especialmente bien o no volverás nunca donde te trataron fatal. Por este motivo, es muy importante cuidar el servicio al cliente, ya que es la mejor arma para fidelizar. ¿Cómo hacerlo? Con estas 5 acciones podrás mejorar el servicio de tu restaurante:
No hay nada más halagador que, aunque hayas ido 2 o 3 veces a un restaurante, se acuerden de tu nombre o de que te encanta el coulant de chocolate, por ejemplo. Son esos típicos detalles que, como cliente, te hacen pensar que eres especial para la gente del restaurante y que te prestan atención. Si tus camareros no son los reyes de la buena memoria, puedes apuntar las preferencias en un gestor de reservas. Así, si te vuelve a llegar una reserva de ese cliente, darás en el clavo y le sorprenderás.
Hay veces que no hay más remedio pero, si tienes sitio en el restaurante, lo ideal es dejar que sean los huéspedes los que elijan la mesa o recomendarles una. Separar el restaurante en zona de parejas y zona de familias y grupos también es ideal para que cada mesa pueda disfrutar de su ambiente sin ser molestada.
Si tienes una oferta y no lo cuentas, das la sensación de que "si no se enteran, no se la aplico" y, si el cliente se da cuenta después, puede pensar que le tomas por tonto. Por el contrario, si se lo comentas al cliente, se sentirá en una posición aventajada y con el derecho a decidir si quiere disfrutar de la promoción o no. Uno de los principios básicos del marketing de restaurantes es intentar dar difusión de tus promociones por todos los canales que dispongas. Imagínate que eres una cervecería y les comentas que hay una promoción de botanas: ¡Puedes hacer que personas que solo pensaban tomarse algo acaben cenando!
Un camarero no es un simple portador de platos, es la persona encargada de vender tu cocina al cliente o, lo que es lo mismo, tus mejores armas de marketing de restaurantes. Y, ¿qué pasa si tus camareros no conocen bien su producto? Que no saben venderlo. Debería ser obligatorio que los camareros probaran tranquilamente todos los platos de la carta para disfrutarlos y ver qué sensaciones les despiertan para que luego se lo puedan transmitir al cliente. Si conseguimos que los propios camareros se apasionen por los platos y los conozcan al dedillo, serán los primeros prescriptores que alentarán a los clientes a que se creen expectativas, redondeen su experiencia y, en definitiva, que consuman más.
Para poner en práctica una buena estrategia de marketing de restaurantes, hay que saber hacerlo. Por ejemplo: los clientes van a los restaurantes en busca de consejo o realizan sus elecciones sin tener mucha idea de qué están pidiendo. Si somos capaces de guiarles en su experiencia y recomendarles complementos que realzan los platos o un buen maridaje de vino o cerveza, no solo haremos su experiencia totalmente diferente, sino que nos posicionamos como expertos en el tema. Si además de darles de comer, les enseñas algo, será un detalle que nunca olvidarán.