El trabajo en el restaurante es frenético. De los fogones a la mesa, de la mesa a los fogones, vuelta y vuelta, tomar una comanda, atender una reserva por teléfono… Es un no parar. Además, las jornadas no sor precisamente cortas, a menudo extendiéndose más allá de lo esperado por hache o por be. El resultado es que el sector de la hostelería incurre en uno de los mayores índices de desgaste profesional dentro del tejido socioeconómico.
El desgaste profesional se da por una acumulación en el tiempo de niveles de estrés inadmisibles. Al final, resulta en una sensación de agotamiento mental, emocional y físico crónico que pone en peligro el rendimiento del establecimiento y la salud y bienestar del trabajador. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido esta enfermedad, también conocida como burnout o quemado, y anima a que se tomen medidas que alivien el síndrome.
El índice de rotación de personal en el restaurante siempre está en valores muy altos. En cierto modo, este se relaciona con el abandono en plantilla causado por el estrés insostenible. El burnout juega un rol fundamental a la hora de alcanzar estos números.
Actuar sobre la raíz del problema puede favorecer la operación del restaurante. Al impedir que aparezca el síndrome de quemado laboral en nuestros trabajadores, se ahorra tiempo en la formación de nuevos empleados. Además, hacer que la plantilla persista en su puesto por más tiempo lleva a una mayor profesionalización y a que la ejecución de las tareas se realice con máxima eficiencia.
Hay que tener en cuenta también que esta enfermedad puede diagnosticarse en el médico. En consecuencia, puede conllevar una baja justificada para el trabajador, lo que supone un sobreesfuerzo económico adicional para el propietario del restaurante.
Finalmente, no podemos olvidar que la satisfacción en el trabajo acostumbra ser un indicador del rendimiento. Tener a los empleados contentos repercute positivamente en el desarrollo de la actividad económica del restaurante. ¿Cómo podemos actuar para evitar la aparición de este problema?
Priorizar la salud y bienestar del trabajador es el principal aspecto a la hora de reducir el impacto del burnout en nuestro local. A menudo, cegados por el trajín que se vive en los comedores en desayunos, comidas y cenas, olvidamos que las personas que forman nuestro equipo humano deben ser cuidadas. En su satisfacción y agradecimiento reside el buen funcionamiento del restaurante.
Promocionar una cultura de trabajo saludable y medidas de seguridad laboral será el primer paso. Si un trabajador que no abusa del sistema pide un día libre o presenta su baja por enfermedad, es mejor no forzarle a trabajar. Dejando a un lado las posibles implicaciones legales, reincidimos sobre la necesidad de que la plantilla se sienta arropada y liderada por un buen jefe.
Un elogio, una pequeña recompensa o una muestra de aprecio o confianza también obra maravillas. Agradece el trabajo de la plantilla con regularidad, deben saber que aprecias su esfuerzo. El refuerzo positivo mitiga posibles efectos nocivos del sobreesfuerzo laboral.
Dentro de este apartado hay dos consejos bien diferenciados.
Por un lado, el uso de herramientas de planificación de horarios para permitir que el equipo pueda seleccionar sus horas de trabajo con la máxima flexibilidad permisible. Permutar dos puestos entre sí ocasionalmente para que los trabajadores puedan atender los asuntes inesperados que surgen en sus vidas o ver el turno de trabajo que les toca atender en días venideros cómodamente desde el teléfono aumenta el bienestar del trabajador.
Por otra parte, las herramientas digitales no tienen por qué limitarse a gestionar los horarios y turnos de trabajo, también se pueden emplear para simplificar o incluso automatizar por completo tareas que den más libertad al personal. Inventariar, emitir informes, atender pedidos online, reservas y otras tareas similares pueden dejarse por completo en manos de programas informáticos. No hay por qué delegar estas tareas pesadas, tediosas y costosas tanto en tiempo como en esfuerzo en nuestros trabajadores, ellos ya tienen suficiente aportando valor en el establecimiento.
El entorno del restaurante cambia de forma acelerada, más aun en tiempos de COVID-19. No todas las personas son capaces de lidiar mentalmente con las listas de tareas pendientes que jerarquizan y ordenan qué hay que hacer y qué no. Siempre es mejor que esta información figure a la vista en los espacios relevantes del restaurante para que los trabajadores puedan consultar sus dudas de un vistazo, confirmar si sus decisiones son correctas y, sobre todo, mantener la mente despejada cuanto más tiempo mejor.
Los recordatorios a través de notificaciones forzadas en una aplicación móvil laboral suelen ser muy adecuadas, especialmente cuando hay cambios sustanciales en el modo de operación. En adición, la formación continua y la repetición espaciada ayudan a interiorizar toda la información que el equipo necesite sin que sus integrantes tengan que estar haciendo un esfuerzo intelectual constante por mantenerse al día.
Conoce cómo se comportan tus empleados en situaciones óptimas para poder reconocer cambios inexplicables en su rendimiento físico, capacidad de trabajo y humor. Si un trabajador se muestra desganado, despistado o irritable de forma repentina cuando antes no era así, no lo dejes pasar, preocúpate por saber qué ocurre. Puede tratarse de un problema personal, y así te lo harán saber si preguntas, o puede que no haya un porqué, caso en el cual podríamos estar ante un síntoma previo de desgaste laboral, burnout o síndrome de quemado en el trabajo. Unos días libres pueden ser la diferencia entre mantener en plantilla a un trabajador sano y eficiente, y perderlo.
Fuente: Diego Coquillat