Hacer cocteles es como cocinar. Si no sabes muy bien cómo se prepara algo, es mejor seguir una receta, con las medidas exactas para poder lograr una bebida agradable.
Muchas personas y muchos establecimientos obvian el uso del jigger, un utensilio de bar que se emplea para medir onzas y centilitros para bebidas. Esto no es recomendable, pues no se lleva un control y todos los cocteles que se preparen sabrán diferente.
Probablemente, si has hecho cocteles por años y sabes las medidas perfectas y cómo se ven las diferentes cantidades en tus vasos mezcladores, no necesitas un jigger. Para todos los otros mortales es mejor tener una guía. Esto ayudará a que sepan excelentes tus cocteles, además de que seguirán sabiendo de la misma forma cada vez que los hagas.
El hielo es uno de los ingredientes más importantes de un coctel. Y como cualquier ingrediente, si se usa un producto mediocre, el resultado será mediocre. Usa hielos con agua filtrada, para que el agua sea lo más pura posible. Esto impedirá que sabores y olores que probablemente se le agregaron al hielo durante el tiempo en tu congelador no pasen a tu coctel.
Si esto pasa frecuentemente y congelas tus hielos en cubos en tu hielera, ponlos dentro de un recipiente de plástico cerrado. Esto impedirá que se le agreguen sabores.
Mise en place es francés para todo en su lugar. Si estás preparando cocteles para una fiesta, o simplemente porque se te antojo un Manhattan una noche, es mejor tener todos los ingredientes a mano en vez de estar buscando todo al momento. Hace que un coctel sea mucho más agradable. Es algo psicológico.
Un coctel debe de estar frío. Punto. Por eso se usan hielos en vez de agua al tiempo para diluir los ingredientes. Algo que puedes hacer para que tu coctel no se caliente rápidamente es enfriar el vaso que vas a usar previamente. Esto puede ser tan simple como poner hielos en el vaso y dejarlos ahí hasta que vayas a servirlo –tirando los hielos que usaste y después usar nuevos– o tan complicado como usar un poco de nitrógeno líquido para congelarlos.
Estás en tu casa preparando cocteles felizmente. Usas tu jigger para medir el alcohol, los licores y el jugo de limón perfectamente. Usas hielo fresco que acabas de comprar. Viertes los ingredientes en la coctelera y la agitas y luego cuelas en un vaso previamente enfriado. Lo pruebas y te quema la garganta con lo fuerte que está el coctel.
¿Qué pasó? Probablemente no agitaste la coctelera fuertemente o por el tiempo adecuado. El hielo se diluye cuando agitas o mezclas un coctel, y quita lo áspero de los ingredientes, además de evitar que el alcohol se sienta muy fuerte en la boca. Un coctel nunca debe raspar la garganta ni sentirse como si te acabas de tomar un shot de tequila.