Corría el año 2017 cuando el gigante de las cafeterías, Starbucks, se rompía la cabeza para encontrar una solución a sus problemas de crecimiento. Una de las ideas concebidas fue propiciar el consumo de productos de especialidad con márgenes de beneficio más amplios. Otra fue dejar de centrarse en Occidente y apostar por una expansión fuerte en China y países del entorno.
Pero no sería hasta bien entrado 2018 cuando encontraron la verdadera solución a sus problemas: un programa de recompensas digital integrado en su app móvil particular. Gracias a este sistema consiguieron aumentar de forma vertiginosa sus beneficios. El resto de grandes jugadores del sector food service tomó nota. El poder de la retención de clientes había quedado patente. McDonald’s, Domino’s Pizza, Dunkin’ Donuts, Chipotle y otros llegaban a la era dorada de la fidelización.
No obstante, después de un 2020 ciertamente duro para el sector food service, pocos se encuentran en condiciones de abordar grandes inversiones en tecnología. Contar con una app móvil propia que refuerce la imagen de marca del local no es precisamente barato. Integrar en ella un plug-in de fidelización hecho a la carta tampoco lo es.
De ahí que hayan proliferado los productos SaaS especializados en este nicho en los últimos meses. Algunas de las herramientas que han llegado al mercado son MyLoyal, iVendRetail o HungerRush. Por supuesto, este elenco no es más que una breve ejemplificación de la multitud de programas de fidelización para restaurantes disponibles.
El problema de estas pequeñas herramientas es doble. En primer lugar obliga a la plantilla del restaurante a conocer múltiples programas especializados. Para acometer la transformación digital de un restaurante no basta con un programa de fidelización, también hay que contar con software de ventas, una plataformas de reservas y pedidos online, menús y monederos digitales, etcétera.
Esto ralentiza la formación de los nuevos empleados. A mayores puede resultar frustrante ya que no todos los trabajadores del sector tienen los conocimientos informáticos avanzados que facilitan el uso de estas utilidades. En el mundo de la gastronomía, con su alta tasa de rotación de empleados, esta característica no suele interesar.
En segundo lugar, cuando el empresario opta por contratar una licencia de uso por cada SaaS empleado en el local, el monto total no tarda en dispararse.
Justo ahí es donde entran en juego los partners tecnológicos integrales. Estas empresas se encargan de aunar todas las herramientas que el negocio necesita en un solo programa, así como de aconsejar y guiar sobre la mejor forma de usarlo y cómo rentabilizar el local.
Estos partners tecnológicos también han proliferado en los últimos meses. Pese a ello, todavía no han conseguido desbancar a los grandes nombres del mercado, los cuales llevan dando resultados contrastables durante años.
Uno de estos partners afianzados es Waitry, por ejemplo. El software de Waitry apareció hace más de siete años y desde entonces no ha hecho más que expandirse y mejorar. Por el momento dan cobertura en España, Francia, Argentina, México, Colombia, Uruguay y Chile.
El éxito de la aplicación se basa en lo completo de la solución. No solo cuenta con un robusto programa de fidelización de clientes, también se integra con el TPV para acelerar el procesado de los pedidos y extraer estadísticas sobre el local con las que optimizar el servicio en el mismo, y hasta un sistema de comunicación directo con la cocina (KDS) para minimizar errores en las comandas y tiempos de espera entre los comensales.
Todo esto lo complementa con una plataforma de gestión web desde la que el empresario puede administrar cada detalle del local (desde el aprovisionamiento hasta el aforo), herramientas para garantizar que las medidas anti-COVID-19 vigentes se cumplen (reservas anticipadas, listas de espera digitales e información detallada al alcance de los visitantes), así como integración con servicios de movilidad externos con los que implementar servicios de entregas a domicilio o takeaway en el restaurante.
Así pues, el programa de recompensas es tan solo la guinda del pastel. En el caso de Waitry esta herramienta es muy versátil pues permite la configuración personalizada. De este modo el dueño de negocio, puede diseñar las estrategias que mejor se adecúen al funcionamiento habitual del restaurante.
Si el establecimiento ya tiene un programa de fidelización tradicional podrá digitalizarlo sin problema. Y si no cuenta con él, tendrá la posibilidad de implementar uno sin incurrir en grandes costos. Independientemente del caso, el profesional sale ganando.
Entre las acciones de fidelización soportadas por Waitry, están los cupones de descuento privados, las rebajas personalizadas, los regalos y las promociones canjeables. Claro está, el abanico total de opciones no se limita a estas cuatro posibilidades. La imaginación es el límite. Y lo mejor de todo es que al ser un partner tecnológico, siempre es posible solicitar el desarrollo de alguna herramienta, si acaso no existe ya por defecto.
Con una ayuda de este calibre es más fácil retener a los clientes, convertir consumidores ocasionales en clientes recurrentes y fidelizar visitantes habituales. Todo ello repercute positivamente en el rendimiento del local.
Socios especializados en digitalización de restaurantes, como Waitry, hacen que este momento complejo para el sector restaurantero, sea mucho más sencillo. A ello se debe que un gran número de restaurantes ya cuente con los servicios de estas compañías. En el caso de Waitry tienen más de 3.000 locales adheridos y sus previsiones de crecimiento son abrumadoras.
Un programa de fidelización funcional y libre de errores puede ser una magnífica ayuda para atravesar estos tiempos inciertos que ha traído el coronavirus consigo. Apoyarse en herramientas como Waitry o similares permite sumarse a la era dorada de la fidelización, sin grandes complicaciones.